Después de casi una década escondiéndose con miedo, sufriendo ataques constantes y escapando por poco de asesinatos, David se entera de que el rey Saúl ha muerto. El mismo hombre que buscaba destruirlo ya no está, pero en lugar de llenarse de alegría, David se llena de dolor. En vez de apresurarse a tomar la corona, David espera en el Señor y confía en Su plan soberano. ¿Qué nos enseña esto sobre nuestra propia vida hoy? Acompáñanos mientras volvemos a sumergirnos en la historia épica de David.

A lo largo de la Biblia vemos que Dios desea que las personas experimenten Su presencia, pero ¿cómo pueden los seres humanos pecadores entrar en la presencia de un Dios santo? Una historia impactante que ilustra este problema se encuentra en 2 Samuel: cuando la procesión que llevaba el Arca del Pacto iba camino a Jerusalén, la ira de Dios se encendió contra un hombre llamado Uza. ¿Por qué parece tan duro el castigo de Dios y qué nos dice esto acerca de Su naturaleza? Acompáñanos mientras profundizamos en esta historia y descubrimos por qué solo Jesús puede cerrar la brecha entre nosotros y el Padre.

¿Qué dirías que es la cualidad más importante de un buen matrimonio? ¿Es el amor, la confianza o el sacrificio? Aunque todos esos aspectos son importantes, hay un elemento crucial que los esposos suelen olvidar: el honor. La historia de David y Mical sirve como una ilustración conmovedora de cómo un matrimonio puede pasar de un amor apasionado a un resentimiento amargo cuando se pierde el honor. Acompáñanos mientras aprendemos de su historia y descubrimos cómo nuestros propios matrimonios pueden deteriorarse por esta misma amenaza.

El plan de Dios para nuestra salvación no se reveló solo en el nacimiento de Jesús. Más bien, se fue revelando progresivamente a lo largo de la historia. Desde el principio de los tiempos, cada pacto que Dios hizo con Su pueblo añadió una pieza más al rompecabezas, dándonos una imagen más clara de cómo finalmente nos salvaría de nuestros pecados. Acompáñanos mientras aprendemos sobre una de esas piezas del rompecabezas que Dios dio a Su pueblo: el Pacto Davídico.

La verdadera gratitud nace del reconocimiento de la gracia de Dios. En 2 Samuel 7, vemos a David postrarse ante el Señor y declarar: “¿Quién soy yo, oh Señor Dios, para que me hayas traído hasta aquí?”. Su corazón no responde con orgullo, sino con humildad, adoración y propósito. Cuando entendemos que todo lo que somos y tenemos proviene de Su gracia, la gratitud transforma nuestro corazón, exalta Su grandeza y nos impulsa a vivir en misión.

¿Cuándo fue la última vez que hiciste un acto de bondad al azar? Tal vez fue sostenerle la puerta a alguien, ayudar a un desconocido a cruzar la calle o pagar por el carro detrás de ti en la fila de un autoservicio. La verdadera bondad es cuando no esperamos nada a cambio por nuestras buenas acciones hacia los demás. Después de que David se convierte en rey, muestra precisamente este tipo de bondad a un hombre necesitado, pero esto ilustra una bondad aún mayor que Dios nos ha mostrado. Ven y aprende cómo Él llevó a cabo este acto de bondad y lo que significa para nuestra eternidad.

La historia del rey David y Betsabé ofrece uno de los retratos más honestos de la Biblia sobre lo rápido que las cosas pueden salirse de control. Este era un hombre conforme al corazón de Dios, el vencedor de gigantes, el salmista, el humilde pastor que llegó a ser rey contra todo pronóstico… ahora convertido en adúltero y hasta asesino. En lo que debía ser una temporada de triunfo y prosperidad, David experimenta su mayor fracaso moral. Acompáñanos mientras aprendemos una lección importante de la vida de David: el pecado te costará todo.

Cuando estás pasando por un momento difícil, ¿a quién llamas primero? Tal vez a un padre, hermano o mejor amigo. Puede sonar cliché, pero Dios quiere ser la primera persona a quien busques. ¿Cómo debemos orar exactamente y qué debemos esperar de esas conversaciones con Dios? Acompáñanos mientras descubrimos cómo una oración de hace miles de años sigue siendo un modelo crucial para nosotros hoy.

Hay una fuerza destructiva escondida en cada corazón humano, tan sutil que rara vez la reconocemos hasta que el daño ya está hecho. Se disfraza de confianza, se esconde detrás de los logros y susurra que hemos ganado todo lo que tenemos. Esa fuerza es el orgullo, y si no se controla, consumirá todo a su paso. Al llegar al final de la vida de David, su orgullo sale a la luz en forma de un gran pecado. Acompáñanos mientras aprendemos cómo fue este pecado y cómo nos muestra nuestra necesidad de humildad.